El diario Buenos Aires Herald ha publicado un artículo del Boston Globe, de la columnista Ellen Goodman, que se refiere a la ética y al entretenimiento. Señala que en ciertos programas de televisión pueden verse las señales del fin de la civilización occidental: en tono satírico habla de programas televisivos destinados al empeño humano por retocar y esculpir partes del cuerpo para rejuvenecerlas exteriormente, o dotar a los interesados del rostro de algún famoso, como si se tratase de una versión del cuento del patito feo.
Se renueva la baja estima con la misma tenacidad que una cocina, dice, para agregar que el método de Franklin de cultivar trece virtudes para mejorar como persona no incluye las técnicas para aumentar ciertas partes del cuerpo.
En la escena televisiva diaria corroboramos lo que termina diciendo Ellen Goodman, que el cisne obtenido por estos maquillajes frenéticos, más parece un pavo. Veteranas vedettes o falsas médicas nos dicen que la serenidad, la autenticidad y la templanza, no se obtienen en los sets televisivos
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