Anne Lister nació en Halifax, Inglaterra, el 3 de abril de 1791 y murió en Kutaisi, Georgia, el 11 de agosto de 1840. En 2019 la miniserie Gentleman Jack –creada y dirigida por Sally Wainwrite- basada en los diarios de Anne Lister- dio a conocer parte de su vida.
La
acción de la miniserie comienza en 1832 y toma un período bastante limitado en
el tiempo de la vida de una mujer aventurera en todo el sentido de la palabra;
incansable en sus estudios, viajes, aventuras amorosas e insaciable sed de
vivir. La versión fílmica –con Suranee Jones y Sophie Runtle en los papeles
protagónicos- nos la muestra pero queda mucho más por ver.
Un hallazgo en Bath y otro en Shidben
Hall
En
la época en que la miniserie fue estrenada hubo numerosas entrevistas a Sally
Wainwrite –que se refirió al rescate del diario en Shibden Hall, el hogar de
Anne Lister, en el cual transcurre la mayor parte de la filmación, y a su personalidad
y relevancia en las cuestiones de
género.
The Manor House
es una casa que ocupa uno de los
extremos de Royal Crescent, un
edificio de departamentos del siglo XVIII, de estilo georgiano construido en un
gran semicírculo, en Bath, Inglaterra. La gran casa está restaurada como la
residencia del siglo XVIII que fue y a lo largo de sus ambientes hay escenas
con hologramas de personajes que representan los momentos de la vida cotidiana
de una familia adinerada, sus discusiones y los temas de la época. En la
cocina, un sistema interactivo cuenta las vidas de los sirvientes de la casa. Fue
al final de ese viaje en el tiempo que, en la tienda del museo, encontré el
libro de Angela Steidele Gentleman Jack a
biography of Anne Liste, lectura que me deparó muchas sorpresas y
reflexiones.
John
Lister tenía siete años cuando su padre heredó Shibden Hall, donde vivió desde
1854. Cuando él mismo se hizo dueño de la propiedad comenzó a revisar cartas y documentos; fue así como
descubrió los 24 tomos de los diarios de Anne Lister. Estaban cuidadosamente
encuadernados –lo que da una idea de la importancia que tenían para ella- pero
también advirtió que parte de la escritura se encontraba cifrada por un código
muy elaborado de letras en griego, números y símbolos desconocidos.
Anne
Lister había sido una personalidad relevante en la vida social, cultural, pública
y comercial del lugar y fundadora de la Sociedad Literaria y Política de
Halifax. Los diarios eran un testimonio muy detallado e importante de la vida y
actividad de la época y John Lister publicó, entre 1887 y 1892, 121 extractos
de ese texto en el periódico Halifax
Guardian. Junto con Arthur Burrell, un anticuario amigo, comenzaron a
estudiar el complejo código de cifrado del diario en la regularidad con la cual
las distintas claves se repetían. Tras mucho esfuerzo lograron su propósito y
comprobaron que los fragmentos en clave respondían a los encuentros sexuales
que Anne Lister tenía habitualmente con distintas mujeres, descriptos descarnada
y meticulosamente. No solamente le impresionó la cantidad de amantes sino el
hecho de que su sexualidad no fuera para ella motivo de ningún conflicto, así
como el orgullo que sentía acerca de su capacidad de seducción.
Burell
le aconsejó quemar los tomos pero en lugar de eso John Lister los ocultó tras
unos paneles de madera en la biblioteca y dejó de publicar fragmentos de interés público en el periódico. A su
muerte, la casa fue convertida en museo y los diarios fueron encontrados. Edward
Green, el bibliotecario de Halifax fue quien halló los tomos y desconcertado por los
pasajes cifrados pidió al anciano Arthur Burrell las claves. El código fue
guardado por la hija de Green con la advertencia de que el material no debía
ser difundido.
Fue
solo entre 1994, 1998 y 2003 que fueron publicadas ediciones completas de los
diarios.
Luces y sombras
Con
un par de excepciones, la biografía está estructurada por capítulos y años que
indican las amantes de Anne Lister en distintas épocas y las etapas de su vida,
por ejemplo: Eliza 1791-1810; Isabella 1810-1813; Mariana 1813-1817 y así
sucesivamente. La biógrafa intercala fragmentos de los diarios en su propio
texto, con lo cual tenemos la versión de la cronista y la de la propia Anne
Lister de los hechos. Este recurso confiere al relato inmediatez y la sensación
de algo vivo.
Sin
embargo, el relato de tales vínculos es nada más que una parte de la biografía, en sí una rica mirada a la vida
social en el temprano siglo XIX y a las costumbres de la clase social a la que
Anne Lister perteneció y de aquellas
otras a las cuales se vinculó. En una época en que a la mujer le estaba vedado
el acceso a muchos conocimientos, Anne Lister se las arregló para estudiar
literatura, lenguas clásicas y ciencias, temas que le apasionaban.
El
mundo griego, con la sensualidad de muchas de sus historias, era un enorme
escape al estado de sometimiento de la mujer y la estrechez en la vida
cultural. Si pensamos que en esa época pudo dominar latín y griego a grado tal
de leer a los clásicos en su lengua de origen, tendremos una idea de aquello en
lo que fue una mujer de avanzada, con su intelecto ávido de desafíos y
experiencias nuevas.
La
lectura nos suscita varias reflexiones: la primera es que pareciera que ciertas
libertades y posibilidades obedecían a la condición social de algunas mujeres;
un ejemplo de ello son los viajes que muchas emprendían en compañía de otras a
destinos remotos (pensemos lo que significaban los viajes 200 años atrás). Otro
aspecto es que el vínculo con los hombres estaba dado en relaciones formales,
destinadas al matrimonio, lo que abría a la posibilidad de otro tipo de
experiencias de las cuales obtener aquello que los lazos formales no podían
ofrecer. A juzgar por los relatos de la biografía las relaciones entre mujeres
no parecían –dentro de un plano sumamente privado y en esa clase social- algo
muy fuera de lo común.
Una mirada distinta
La miniserie –cuyo título responde al apelativo dado a
Anne Lister en Halifax, debido a sus ropas siempre negras, de corte masculino-
hace foco en la independencia del personaje, su sexualidad y episodios con sus
arrendatarios y los hermanos Rawson, con quienes se encontraba en conflicto
debido a que le robaban carbón de sus yacimientos.
Sin embargo, uno de los capítulos más interesantes de la
biografía es el dedicado a las damas de Llangollen (The Ladies of Llangollen, 1822, pág. 89).
Lady Eleanor Butler y Miss Sarah Ponsonby eran
originarias de Irlanda y vivieron en un autoexilio durante unos 50 años. Una
fría noche de marzo de 1778 habían intentado huir juntas, pero fueron
sorprendidas cuando escapaban; no es posible saber si las unía un vínculo amoroso
o una amistad y simplemente temían ser obligadas a casarse con alguien a quien
no amaban. Luego de dos meses de negociaciones sus familias les permitieron
irse pero dándoles muy pocos recursos. Ya en Llangtollen (Gales) alquilaron una
sencilla casa y luego se mudaron a una cabaña que habían comprado en las afueras, a la que llamaron Plas Newydd.
Llevaron una vida austera pero muy intensa, dedicada al estudio de idiomas,
literatura y geografía. Llegaron a tener una importante biblioteca. Ellas hacían
real el ideal romántico de un mundo inspirado en el pensamiento de Rousseau, de
fidelidad a sus propios intereses y de libertad; así, despertaron el interés de
numerosos intelectuales y distintas personalidades y su paraíso personal se
convirtió en lugar de visita para poetas como Shelley, Byron o Worsword.
Eleanor
Butler murió el 2 de junio de 1829 a la edad de 90 años. Sarah Ponsonby murió
dos años después el 9 de diciembre de 1831, a los 76 años.
Una
década más tarde –época en la que transcurre la miniserie- Anne Lister haría
arreglos en Shibden Hall inspirados en los jardines de Plas Newydd.
Anne Walker
Anne
Lister había heredado Shibden Hall de su tío, quien la consideró –entre
varios herederos posibles- la persona más idónea para manejar la propiedad. Sin
embargo sus recursos económicos no eran cuantiosos; probablemente por esa
razón, se fijaba en la situación económica de sus amantes y tenía en cuenta qué
podía obtener de ellas.
Fue
en parte debido a ello que buscó la vinculación con Anne Walker, que pertenecía
a una rica familia de Lighcliffe, muy cerca de Shidben Hall y se propuso
seducirla. Miniserie y biografía coinciden en algunas de las alternativas del
comienzo del acercamiento. Interés económico y necesidad de una relación
estable y duradera fueron lo que la decidió a buscar a una mujer doce años
menor que ella, con quien vivió hasta su muerte.
Luego de muchas contingencias en las vidas de ambas, el
10 de febrero de 1834, asistieron a un oficio religioso y cada una dio a la
otra un anillo, fue el modo que eligieron de formalizar su unión.
Angela Steidele refiere que Emily Brönte se encontraba en
Haworth, a 12 millas de Halifax, trabajando como maestra en Law Hill School, en
noviembre de 1838, cuando una fuerte
tormenta de nieve azotó la región con temperaturas de extremadamente
bajas y sostiene que la escritora conocía distintas circunstancias de los
problemas de la herencia de Anne Walker y la personalidad de Anne Lister, y que
los usaría más tarde (1848) como material de su gran novela Cumbres Borrascosas
(Wuthering Heigths). Valga ello como
referencia de las numerosas dificultades que hubieron de sobrellevar juntas.
En 1839 emprendieron un viaje a Moscú –nuevamente
pensemos en lo que significaban aquellas distancias y las contingencias de los
viajes en esa época- . De allí fueron al Cáucaso y luego de muchas alternativas
a Kutaisi donde Anne Lister contrajo tifus o malaria, no es posible
determinarlo con exactitud, y murió el 11 de agosto de 1840.
Gracias a las circunstancias mencionadas al comienzo
conocemos esa gran aventura que fue la vida de Anne Lister: “Nuestro tiempo en
el mundo es limitado” dice una línea de Suranne Jones en la miniserie y por eso
el propósito de cumplir con nuestros objetivos y deseos sea tan crucial y valga
la pena la lucha. Probablemente en esta idea resida su mayor legado.
Eduardo Balestena
21/22 de diciembre de 2024.
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